domingo, marzo 6

Extrañar, dijo mirando al piso con vergüenza, es un lujo de quien se da tiempo de sentir... y yo me lo he dado demasiado.  



Hey, remember that time you od'ed?
Hey, remember that time you od'ed for the second time? - Regina Spektor

Te acordás como nos sentíamos 
                            el uno al otro?

Te acordás esa vez que descubrimos,
mientras olías la albahaca de mi cuarto,
que yo también podía sentir el olor

                            a través de tu olfato?

Yo te siento.
Te sentí.


Te sentí cuando estabas enojado.
Te sentí cuando estabas triste.
Te sentí cuando penetraste a alguien mas.
Y te sentí cuando decidiste
que conmigo no ibas a estar mas.



Yo te siento.
En todo lo que hago,
En todo lo que hacés.
Y que digan que es delirio
Pero yo se que vos también


  

                                                           lo sabés.  
Modestamente, me considero el hombre más libre del mundo -en la medida en que no estoy atado a nada ni tengo compromisos con nadie- y eso se lo debo a haber hecho durante toda la vida única y exclusivamente lo que he querido, que es contar historias. Voy a visitar a unos amigos y seguramente les cuento una historia; vuelvo a casa y cuento otra, tal vez la de los amigos que oyeron la historia anterior; me meto en la ducha y, mientras me enjabono, me cuento a mí mismo una idea que venía dándome vueltas en la cabeza desde hacía varios días...Es decir, padezco de la bendita manía de contar. Y me pregunto: esa manía, ¿se puede trasmitir? ¿Las obsesiones se enseñan? Lo que sí puede hacer uno es compartir experiencias, mostrar problemas, hablar de las soluciones que encontró y de las decisiones que tuvo que tomar, por qué hizo esto y no aquello, por qué eliminó de la historia una determinada situación o incluyó un nuevo personaje... ¿No es eso lo que hacen también los escritores cuando leen a otros escritores? 
-Para contar historias, Gabriel García Marquez